El PP como siempre a Dios rogando y con el mazo dando. Qué bonito sería leer esta noticia sabiendo que Esperanza ha enviado todos los contratos de Gürtel al TSJM, o que reconociera su participación en la trama, u oírla decir cómo apoyó a muerte a López Viejo, cómo hizo presidente de la comisión de los espías a Martín Vasco, o que nos narrara sus conversaciones con Isabel Jordán. El acuerdo al que llego con la trama para evitar un juicio sería un colofón a su conversión a la secta democrática.
Sería bueno para los cristianos saber el precio que pone Esperanza a la vida de un semejante lejano y extraño a ella, tanto aquí como en Bombay, para saber a qué atenernos, porque eso de que aquí un aborto es un crimen y en otro lugar un crimen es un mal necesario para salir del atolladero, debe ser explicado, no religiosamente sino cabalmente.
Cuando un católico niega la teoría de la evolución o los avances de la ciencia, o están insultando a los hombres y mujeres de buena voluntad que quieren un mundo mejor, ahora que no pueden torturar como a Servet, se les premia con un código penal que les defiende como un bien y ese mismo bien se les niega a los librepensadores que renuncian a la mentira eclesiástica.
¿Para cuando la prohibición de un libro que incita a la muerte de los diferentes, a la lapidación, a la tortura y preconiza una sociedad más cercana a la nazi que a la democrática?
Foto de familia: Pío García Escudero, Esperanza Aguirre, Gallardón, Ana Mato (ex-esposa de imputado) y Guillermo Ortega (imputado)
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