Urna Et Orbe. ¿A qué huele la corrupción?

“La Democracia es el mejor sistema político generado hasta el momento por el ser humano”. La frase tendría la misma vigencia si se modifica los significantes por, “la democracia es el menos malo de los sistemas políticos”. En definitiva, vivir en democracia es un lujo para los seres humanos, acostumbrados a totalitarismos, extremismos, personalismos, imperialismos.

Es verdad que la democracia es el más frágil de todos y el más dado a corrupción, quizá por que los demás son corrupción disfrazada de política. En un régimen democrático, la libertad, igualdad etc. se visten con ropajes honrados para esconder entre las enaguas la más pérfida corrupción.

Perdón por la perorata, pero viene a cuento puesto que los políticos en España confunden democracia y estado de derecho con electoralismo. Para entenderlo fácilmente, puede haber democracia sin elecciones y elecciones sin democracia. Con Franco se votaba, electoralismo, sí, pero creo recordar que aquello no era democracia.

“Lo que las urnas dicen no lo puede cambiar nada”, frase, al parecer textual de una de las cebollinas más impertinentes de nuestra vida política actual, una tal Castedo, ente sin vergüenza alguna a la que se la oye pedir pruebas de cualquier tipo para arruinar a una persona honrada, que miente cada vez que el velo del paladar se estira para friccionar palabras y que le regala coches a la criada que le han sido regalados por constructores amigos, que se hacen viajes por la FACE y se acercan a ellos ricos homes en finales futboleras de manera mas que sospechosa.

Poder decir tal frase describe perfectamente el tipo de persona ante la que nos encontramos: una correveidile que ha pedido árnica y rapidez en tomar posesión para no estar imputada en un tribunal menor, una persona que enseña una factura que parece un billete de 57 euros, es cuando menos una persona cercana a Camps y al PP Gürtel en su máxima extensión. En definitiva, es una persona que no sabe escribir democracia y sí, político caradura, y me río del ciudadano, tonto inconcluso que debe votarme como si votara a una cabra que fuese en esta candidatura.

El día que votemos libremente, y cabalmente y no contra alguien, no sólo seremos más libres, seremos mucho más felices.