Muchos refranes, frases y dichos
descubren las actitudes de los hoy mal llamados neoliberales, sobre su actitud
ante el gasto público: consejos traigo…, una cosa es predicar y otra…, haz lo
que yo digo…, en fin, el refranero español cuna de sabios y de verdades
inmarcesibles se cierne sobre los liberales de pacotilla, esos que se les llena
la boca de pedir reducir el gasto publico mientras que ellos se llenan el estómago
y sus arcas particulares con los peculios y monedas del erario, a manos llenas,
nada de sueldos de 1000 euros eso es para pobres, esos deberían desaparecer,
ellos tienen sueldos que a una familia media le llenaría de oprobio sólo el
contar los ceros, luego además vienen la mamandurrias peperas, el coche oficial.
El coche es lo de menos, dentro del coche tenemos un chófer que se debe pagar,
muchas veces elegido a dedo por el mamón de detrás, dentro del coche hay una
serie de aparatos electrónicos que pagamos entre todos: seguros, gasolina,
muchas veces para temas y viajes privados.
Neofascistas económicos
Estos liberales, como digo, mal
llamados neoliberales, puesto que se les debería de llamar neonazis o
neofascistas económicos, lo único que buscan es la ruina del estado para llenar
sus bolsillos, primero cobrando directamente de él y segundo adjudicando, si
puede ser sin proceso competitivo, los servicios públicos a empresas conocidas
cuando no directamente de familiares. El grave problema del déficit hoy día de las
comunidades y de los ayuntamientos, es la falta de rigor y la falta total de
una política rigurosa moderna y realista de recursos humanos.
Pero claro, como esa coletilla se ha
convertido en una verdad universal, eso de que “lo privado funciona mejor que
lo público” (alguien conoce un servicio mejor que el de transplantes público?,
porqué se quiere privatizar, pues por lo de siempre, para acabar cobrando y que
los ricos no tengan engorrosas listas de espera por los parias de este país).
Es una mentira universal, ni un solo dato en ningún sitio dice que lo privado funciona
mejor que lo público, ni siquiera que sea más eficaz o eficiente, peor en la privatización,
en esa huida del derecho público hacia el derecho mercantil, se encuentra más
del 90% del déficit de los últimos doce años.
Pero no, ahora que los
funcionarios han sido castigados por casi un decenio de pérdida de poder económico
(sí, mientras los demás compraban coches y casas en la costa, el funcionario mal
vivía, a cambio le daban para callarlos días sin sentido, nadie quiere dos
meses de vacaciones si no tiene dinero para disfrutarlas, mendrugos, a ver si
os enteráis).
Ahora que se le ha machacado, con
insidias, con mentiras, y con una reducción de sueldo cercana al 30 por ciento,
el funcionario siegue estando infrautilizado con el único fin de que cada vez
más la empresa privada usurpe funciones básicas para todos los ciudadanos.
Público versus privado.
Por poner un ejemplo. El ayuntamiento
de Madrid se gasta una salvajada de dinero en un servicio ridículo, prestado
por empresas particulares, 54 millones de euros. Estas empresas dan
información, telefónica y presencial, para ello contratan a gente, contratación
continua con una rotación altísima, su sueldo era hasta hace poco de 1000
euros, más o menos. Repito lo único que hacen es dar información, pero ojo,
ellos abren la pagina Web municipal e informan de lo que en ella está escrito,
o sea, unos robots dirigidos sin preparación ni iniciativa, no por ellos sino
por la característica del puesto, hacen que una empresa se enriquezca con el dinero
de todos dando una información que está al alcance de todos. Es más este
servicio, al frente del cual se encuentra un funcionario obediente al poder, es
oscuro y censura las criticas que se le hacen, para así luego mostrar estadísticas
falsas sobre lo bueno que es el servicio privado.
Frente a este servicio se
encuentran varios miles de funcionarios, ordenanzas y jefes de edifico que ni
siquiera tienen un ordenador y que en su mayoría no sólo tienen una preparación,
sino que han pasado una dura selección por medio de una oposición frente a
miles y miles de personas, para acabar dormitando por culpa de los jefes en
cualquier edificio público. Personal funcionario que no sólo conoce el ayuntamiento
sino que con su propio esfuerzo muchas veces, ordenadores propios, teléfonos
propios, dan un servicio mucho mayor y mejorado que el dan los privados y
muchas veces infinitamente mejor que el de los propios políticos, pero eso si,
sin estadísticas ni autobombo. Ordenanzas con carreras, idiomas, doctorados, o
simplemente con años de carrera suficientes para poder servir al ciudadano a
los cuales se les condena al ostracismo dentro de su propio trabajo ¿es que
estos funcionarios no pueden manejar un ordenador y hacer además las labores de
su función: abrir y cerrar el edificio, encargarse del mantenimiento, etc.
¿Porqué se deben gastar cientos de millones en contratos que benefician a los más
ricos cuando se podrían ahorrar simplemente con una buena política de personal?
Frente a esos mil euros, del
personal privado, a los que añadir la seguridad social, y el lucro de la
empresa, y me imagino que algún que otro regalo, se encuentra los apenas 1.100
euros del ordenanza, con su seguridad social y ahora con los mismos días que el
privado, sin ninguna ventaja social y con una ventaja competitiva fundamental,
el ordenanza tiene sentido de servicio público, ayudar en todo al ciudadano, lo
ha estudiado y es su trabajo, el personal privado sólo obedece al lucro y
enriquecimiento de la empresa que le contrata.
Políticos, como dice Pedraz, no
solo estáis en decadencia, que no es una valoración sino una cruda realidad,
pese a quien pese, sino que estáis aquí simplemente para vuestro lucro personal
y de los amiguetes y empresas que después darán de comer a vuestros hijos y,
amantes y demás panda que tenéis alrededor.
Es también una forma de revivir las cesantías del siglo XIX, de colar a gente en la Administración a través de una empresa concertada, sin preparación ninguna, sin pasar ni la más mínima oposición y fiel al poder que le ha colocado (y no todos son mileuristas, siempre cuelan a más de dos que cobran bastante más, muchos, en negro). El sistema de acceso a la Administración era de lo poco bueno que teníamos en este país y se lo quieren cargar para hacer de su capa un sayo, y lo peor de todo, es con el aplauso de la gran mayoría de la gente envidiosa de este país que tira cohetes cada vez que a los funcionarios se nos baja el sueldo o nos quitan derechos y que, además, quiere más sangre.
ResponderEliminarCuando Telefónica o las eléctricas eran públicas, el Gobierno de turno aprovecho las peste que de ellas echaba el público para privatizarlas. Todo en aras de la eficiencia. Hoy que son empresas privadas, vemos que no sólo no ha mejorado el servicio, sino que nos roban a manos llenas ¿Donde están los que criticaban cuando eran públicas? Ya ni se acuerdan. A lo mejor es lo de siempre: tenemos lo que nos merecemos.