¿Está usted bien, Presidenta?

Tengo para mí, que sin ser católico, ni budista, ni religioso en general, el equilibrio natural tiende a que no haga falta ir a ningún purgatorio o infierno para pagar las cosas malas que hacemos en este mundanal mundo, en este valle de lágrimas. En mi experiencia vital esta aseveración se me ha hecho realidad casi siempre. Muchas veces debemos completar con aquello de que en el pecado se lleva la penitencia, lo que no deja de ser un sofisma y un desideratum, más que una realidad comprobable.

Múltiples ejemplos podríamos traer a colación con el tema de hoy, pero evidentemente, nos ceñiremos al caso del que desgraciadamente soy protagonista. Empezando por la cabeza, el Sr. Correa ha vivido a cuerpo de rey durante años, codeándose con la jet política social y económica, abusando de los débiles, mostrando su soberbia sin par, decenas de delitos presuntos junto a miles de millones en países de dudosa moralidad fiscal: destino cárcel, lleva tres veranos disfrutando de la hospitalidad penitenciria nacional.

Todos esos politiquillos de medio pelo, sin estudios, creídos que su impunidad era medible en la escala de la corrupción que ejercían: a mayor corrupción, mayor impunidad. Están todos pagando un duro peaje, en algunos casos incluyendo a cónyuges, y en todos, aumentado con el desprecio más absoluto de lo que en su día fue “su pueblo”, no sólo los odian y aborrecen sino que desean olvidar sus caras, sus nombres, en definitiva, su recuerdo. Otros políticos de segunda siguen ahí, de concejales, alcaldes, pero me consta que el pago que satisfacen les hace reconocerse más como sanguijuelas que como hombres y mujeres de bien.

Luego tenemos el escalón superior, aquí debo reconocer que las personas son más duras, tienen más cara, y el pellejo se les ha convertido en una piel que repele todo aquello que es bondad, honestidad, saber hacer, profesionalidad, sacrificio por los demás y servicio público, lo han convertido en podredumbre, en náusea, en mentira, en la actitud política más parecida a lo vivido en los años del franquismo, el sí porque sí, el yo mando. Mato, Cospedal, Pío García Escudero, Pons, Rajoy son los ejemplos de la nueva política en la que el ladrón es bueno, la mentira es verdad y en la que la justicia se adormece y se duerme ante políticos del rango moral de Trillo, ese verdulero de la contratación aérea y de la contratación de bufetes de los nenes.

Efectivamente, uno los ve ufanos, dirigiendo el PP Gürtel como si fuesen los defensores de la limpieza, escriben códigos éticos con los que al cabo de apenas una semana limpian sus partes pudendas, en la cima de poder, a punto de colapsar este poder al tenerlo todo concentrado como si de una supernova se tratase: todo el poder local, autonómico, estatal y judicial en manos de aquellos que alabaron, contrataron y disfrutaron vacaciones gratis y todo incluido gracias a la red Gürtel, a Correa. Serán ellos, los responsables políticos de Gürtel, los que, si no se evita, obtendrán el poder supremo en este país, cosa ante la cual evidentemente aquellos ciudadanos de buena voluntad temblamos sólo de entrever las consecuencias.

Que esta gente no sufre aquello que ha realizado, se puede poner en duda, pero la vida es larga claro, por ahora sabemos que Rajoy viajó gratis total cortesía de Correa y al parecer hizo oídos sordos ante un aviso de corrupción en Arganda del Rey, Mato igual jaguar incluido, Pons se codeaba con el jefe de la trama al grito o saludote de ¡el hijo puta de Esteban Pons me lo arregla¡, Pío recibió regalos del taumaturgo Correa, Cospedal contrato a cascoporro con la trama en su periplo por la Comunidad de Espe, en la que dos sargentas no cabían, todo esto de alguna forma se ha de pagar.

Por último, esa mujer, esa presidenta, que con faltas de ortografía y accidentes veraniegos no permite que su imagen se deteriore, ¿al igual que su interior?, pero se la ve sin chispa, sin ese genio que tanto le ha dado, entre las clases más hipócritas de nuestro país, ese morro altivo, ese verbo sin perfilar que efectivamente no llegaba a fin de mes, esos calcetines de ultratumba que la encumbraron a ella mientras que otros quedaron en la cafetería del hotel por no poder…, en definitiva, la encuentro pero no la reconozco, deben ser cosas mías, la vista me empieza a fallar, espero que no me falle ningún otro órgano, al igual que al parecer le ocurren a otras.

En definitiva, no puedo decir con certeza que usted pagará en este mundo, sin necesidad de visitar a su San Pedro celestial, el terrenal el otro día casi se lo comió usted, casi le rebana parte del juanete a su santidad cuando de prosternó, cosas de la edad o de la enfermedad, no se, en definitiva lo que siempre recordaré de usted es su verbo gracioso dicharachero y cómico, sobre todo aquel día 5 de febrero de 2005 cuando me dedicó sus palabras más bellas, esas que salen del corazón, de un corazón corroído por el ardor de la funesta ambición, ese corazón que espero le responda en los más amargos momentos, es su pago a su forma de ser, el pago por ser una de las peores personas que he conocido, de las más funestas para su comunidad y para su país, ese corazón resiste al parecer,¿ lo hará todo su cuerpo?.

¿Está usted bien presidenta?